- Prepara las patatas:
- Pela las patatas y córtalas en rodajas finas o trozos pequeños, según prefieras.
- Pela la cebolla y córtala en juliana fina.
- Cocina las patatas y la cebolla:
- En una sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Una vez caliente, añade las patatas y la cebolla.
- Cocina lentamente durante 15-20 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que las patatas estén tiernas pero no doradas. Deben mantenerse suaves y ligeramente impregnadas de aceite.
- Retira las patatas y la cebolla del aceite con una espumadera y colócalas en un bol grande. Reserva un poco del aceite para cocinar la tortilla.
- Prepara la mezcla de huevo:
- En otro bol, bate los huevos con una pizca generosa de sal hasta que estén espumosos.
- Añade las patatas y la cebolla cocidas al huevo batido. Mezcla bien y deja reposar durante 5-10 minutos para que las patatas absorban el sabor del huevo.
- Cocina la tortilla:
- Calienta 2-3 cucharadas del aceite reservado en una sartén antiadherente (20-24 cm de diámetro es ideal) a fuego medio.
- Vierte la mezcla de patatas, cebolla y huevo en la sartén. Distribuye uniformemente y cocina a fuego medio-bajo durante 5-7 minutos o hasta que la base esté dorada y la mezcla comience a cuajar.
- Usa un plato grande para dar la vuelta a la tortilla. Coloca el plato sobre la sartén, voltea con cuidado y desliza la tortilla de nuevo en la sartén para cocinar el otro lado durante 3-5 minutos más.
- Finaliza y sirve:
- Una vez cocida por ambos lados, desliza la tortilla en un plato. Deja reposar unos minutos antes de cortarla.
Consejos para el éxito:
- Textura perfecta: Si prefieres una tortilla más jugosa, cocina menos tiempo el interior. Para una tortilla más firme, prolonga la cocción a fuego bajo.
- Personalización: Puedes agregar pimientos, chorizo o espinacas para variar el sabor.
- Aceite reutilizable: El aceite usado para las patatas puede colarse y guardarse para otras recetas.
Presentación y acompañamientos:
- Sirve la tortilla caliente, templada o incluso fría.
- Acompaña con pan crujiente, una ensalada verde o simplemente disfrútala sola.
- Un vaso de vino tinto o una cerveza fresca son los acompañantes perfectos.
Conclusión:
La tortilla española es una receta simple pero llena de tradición y sabor. Es un plato que une a las familias y deleita a todos los paladares. ¡Atrévete a prepararla y sorprende a todos con este clásico atemporal!
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