Instrucciones:
- Preparar la Base:
- Tritura las galletas en un procesador de alimentos hasta obtener migas finas.
- Añade la mantequilla derretida y mezcla bien hasta que esté todo integrado.
- Coloca la mezcla en la base de un molde desmontable y presiona firmemente con el dorso de una cuchara. Lleva al congelador mientras preparas el relleno.
- Preparar el Relleno:
- Bate la nata hasta que esté bien firme y resérvala en el refrigerador.
- En otro bol, mezcla el queso crema con el azúcar glass y el extracto de vainilla hasta obtener una mezcla suave y homogénea.
- Incorpora las fresas y frambuesas frescas al relleno. Puedes cortarlas en trozos pequeños para que se distribuyan mejor en la mezcla.
- Con movimientos envolventes, incorpora la nata montada a la mezcla de queso y frutas. Remueve con cuidado para no perder el aire de la nata.
- Montaje:
- Vierte la mezcla de relleno sobre la base de galleta en el molde. Alisa la superficie con una espátula.
- Lleva la tarta al congelador durante al menos 4 horas, o preferiblemente toda la noche, para que adquiera una textura helada y firme.
- Decorar y Servir:
- Saca la tarta del congelador unos minutos antes de servir para que sea más fácil cortarla.
- Decora con fresas frescas y espolvorea chocolate negro rallado sobre la tarta.
- ¡Disfruta de esta deliciosa y refrescante tarta helada con tus seres queridos!
Consejos:
- Variación de frutas: Puedes sustituir las fresas y frambuesas por otras frutas rojas de temporada como arándanos o moras.
- Toque de sabor extra: Añade un poco de ralladura de limón o licor de frutas para intensificar el sabor del relleno.
¡Perfecta para los días calurosos!
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