Mezcla queso y azúcar: En un bol grande, bate el queso crema con el azúcar usando unas varillas manuales o eléctricas, hasta obtener una mezcla homogénea y cremosa. Añade los huevos uno a uno, mezclando bien después de cada adición. Tamiza la harina: Añade la harina o maicena tamizada (para evitar grumos) y mezcla hasta que se integre por completo. Vierte la nata poco a poco mientras sigues batiendo, asegurándote de que todo esté bien mezclado.
Vierte la mezcla en el molde preparado y alisa la superficie con una espátula. Coloca el molde en el segundo nivel del horno y hornea durante 50 minutos. A los 30 minutos, si la parte superior ya está dorada, cubre con papel de aluminio para evitar que se queme. Apaga el horno y deja que la tarta enfríe dentro con la puerta entreabierta durante 4-5 horas.
Una vez fría, cúbrela con papel de aluminio y refrigérala durante toda la noche para que adquiera la textura cremosa característica. Abre el molde y retira el papel de horno. Si es necesario, utiliza un cuchillo para despegar los bordes. Traslada la tarta a un plato y retira el papel poco a poco.
Si prefieres que la parte central quede más blanda, reduce el tiempo de horneado a 40 minutos.
Tarta de Queso al Horno muy Cremosa
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