Paso 1: Preparación de la mezcla de leche y canela
- En una cacerola grande, vierte la leche y añade las ramas de canela y la piel de limón. Lleva a fuego medio hasta que comience a hervir.
- Cuando la leche esté a punto de hervir, retira del fuego y deja reposar durante 10-15 minutos para que la canela y el limón impregnen la leche con su sabor. Luego, cuela la mezcla para eliminar la canela y la piel de limón.
Paso 2: Preparación de la base de la tarta
- Vuelve a poner la leche aromatizada en la cacerola y añade la leche condensada, la nata y el azúcar. Mezcla bien hasta que todos los ingredientes se integren.
- Disuelve los sobres de cuajada en un poco de leche fría (alrededor de 100 ml) y agrégala a la mezcla en la cacerola.
Paso 3: Cocción de la mezcla
- Coloca la cacerola a fuego medio y remueve constantemente para evitar que se formen grumos o que la mezcla se pegue al fondo.
- Cuando la mezcla empiece a hervir suavemente, continúa removiendo durante unos 5 minutos hasta que espese. Notarás que la mezcla se vuelve más densa, como una crema.
Paso 4: Montaje de la tarta
- Vierte la mezcla en un molde desmontable (de unos 22-24 cm de diámetro), previamente engrasado o cubierto con papel de hornear para facilitar el desmoldado.
- Alisa la superficie con una espátula y deja enfriar a temperatura ambiente. Luego, cubre con plástico film y refrigera durante al menos 4 horas (preferiblemente toda la noche) para que la tarta tome consistencia.
Paso 5: Decoración y presentación
- Una vez que la tarta esté firme, retírala del molde con cuidado.
- Espolvorea generosamente canela en polvo sobre la superficie de la tarta, cubriéndola completamente para darle ese toque de sabor y aroma característico.
- Decora con dos ramas de canela colocadas en el centro para darle un aspecto elegante y tradicional.
Paso 6: Servir y disfrutar
- Corta en porciones y sirve esta deliciosa tarta bien fría. Disfruta de su textura suave y cremosa, combinada con el sabor dulce de la leche condensada y el aroma de la canela.
Consejo adicional: Si prefieres una textura aún más firme, puedes añadir un sobre adicional de cuajada o dejar la tarta un par de horas más en el refrigerador. Esta receta es ideal para disfrutar como postre después de una comida, o como un acompañamiento perfecto para un café o té por la tarde. ¡Buen provecho!
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