Comenzamos preparando un caramelo casero. Para ello, ponemos el azúcar en una sartén y añadimos el agua y el zumo de limón y dejamos que se empiece a fundir sin remover. Poco a poco irá tomando color y enseguida tendremos una mezcla de caramelo líquido y azúcar. Entonces removemos y vigilamos para que no se nos queme. Cuidado con las temperaturas que el caramelo líquido quema muchísimo. Agregamos otros 20 ml de agua muy caliente y removemos, obteniendo así un caramelo líquido fluido y listo para guardar o utilizar.
Forramos un molde con el caramelo y pasamos a elaborar la mezcla del flan o quesillo. Batimos los huevos y agregamos la lata de leche condensada. Mezclamos hasta que se integre y seguidamente, agregamos la misma medida de leche entera. Una vez tenemos la masa homogénea, la colamos y la echamos sobre el caramelo líquido. Opcionalmente podéis añadir la ralladura de un limón.
Horneamos al baño María, con calor arriba y abajo a una temperatura 180ºC, durante 40 minutos con el flan tapado con papel aluminio y otros 20 más ya destapado. Comprobamos con una brocheta que el flan está cuajado y dejamos que se enfríe dentro del molde.
Tras un reposo de unas seis horas dentro de la nevera, procedemos a desmoldarlo y ya lo tenemos listo para consumir y disfrutar.
