Instrucciones
Paso 1: Prepara la masa
En una olla, lleva suficiente agua a ebullición.
Retira el agua del fuego y viértela en un recipiente grande para mezclar.
Añade media cucharadita de sal al agua caliente y remueve bien hasta que se disuelva completamente.
Poco a poco, comienza a agregar la harina, mezclando constantemente con una cuchara o espátula. Continúa removiendo hasta que la mezcla tome consistencia y la harina se haya integrado por completo.
Paso 2: Trabaja la masa
Espolvorea un poco de harina sobre la encimera o una superficie limpia para evitar que la masa se pegue.
Vuelca la masa sobre la superficie enharinada y comienza a amasarla con las manos. Trabaja la masa hasta que esté suave y uniforme.
Forma una bola con la masa.
Con la ayuda de un rodillo, estira la masa hasta formar una lámina delgada, similar a una base grande de pizza.
Da la vuelta a la masa y espolvorea nuevamente un poco de harina si es necesario, luego vuelve a estirarla para lograr una textura uniforme.
Usa moldes o cortadores de galletas para cortar la masa en formas individuales. Si no tienes moldes, puedes usar un vaso o cuchillo para hacer formas circulares o cuadradas.
Paso 3: Fríe los dulces
En una sartén grande, calienta abundante aceite vegetal a fuego medio-alto. Asegúrate de que el aceite esté lo suficientemente caliente antes de comenzar a freír (puedes probar con un pequeño trozo de masa para comprobar si burbujea al entrar en contacto con el aceite).
Fríe los cortes de masa en tandas para evitar que se peguen entre sí.
Mientras se fríen, utiliza una cuchara para rociar los dulces con el aceite caliente; esto ayudará a que se inflen y queden crujientes.
Dale la vuelta a los dulces para que se doren de manera uniforme por ambos lados.
Retíralos del aceite con una espumadera y colócalos sobre papel absorbente de cocina para eliminar el exceso de grasa.
Cómo Servir