2. Preparación de los mangos:
Lava y pela los mangos. Córtalos en cubos pequeños, asegurándote de reservar algunos trozos para decorar el postre al final.
Si prefieres una textura más suave, puedes machacar ligeramente algunos de los cubos de mango para liberar un poco de su jugo y mezclarlo con la tapioca más adelante.
3. Mezcla de la crema:
En un tazón grande, combina la crema de leche, la nata y la leche evaporada. Si te gusta el postre más dulce, agrega también leche condensada al gusto. La leche condensada añadirá un toque cremoso y dulce, pero ajusta la cantidad según tus preferencias.
Remueve bien la mezcla hasta que todos los ingredientes estén completamente integrados y tengas una textura suave y cremosa.
4. Incorporación de la tapioca y el mango:
Añade las perlas de tapioca cocidas y enfriadas a la mezcla de crema. Revuelve suavemente para que las perlas se distribuyan de manera uniforme en toda la mezcla.
Luego, agrega los cubos de mango y mezcla de nuevo con cuidado. Asegúrate de que los trozos de mango y las perlas de tapioca queden bien integrados para que cada porción tenga un poco de ambos.
5. Enfriamiento:
Cubre el tazón con plástico o coloca la mezcla en envases individuales y refrigera durante al menos 1-2 horas. El reposo en el refrigerador permitirá que la mezcla se enfríe bien y que los sabores se mezclen entre sí, creando una textura más refrescante y cremosa.
6. Presentación y decoración:
Para servir, vierte el postre en vasos o en botellas individuales, según prefieras. Decora la parte superior con algunos trozos de mango fresco para darle un toque de color y frescura.
También puedes añadir unas hojitas de menta fresca o una pizca de coco rallado si deseas una presentación más decorativa y tropical.
Consejo adicional:
Este postre se conserva en el refrigerador hasta por 2-3 días, lo que lo hace ideal para prepararlo con antelación o para tener un postre refrescante a mano en días calurosos. ¡Disfrútalo frío para una experiencia deliciosa y cremosa!