Instrucciones:
Preparar los calabacines:
Lava los calabacines y córtalos en rodajas finas o rállalos si prefieres una textura más homogénea. Espolvorea un poco de sal y déjalos reposar durante 10 minutos para que suelten el exceso de agua. Luego, escúrralos bien presionándolos con papel de cocina.
Mezclar los ingredientes húmedos:
En un bol grande, bate los huevos junto con el aceite de oliva hasta obtener una mezcla homogénea. Agrega el queso rallado y mezcla bien.
Incorporar los ingredientes secos:
Tamiza la harina junto con la levadura y agrégalas poco a poco a la mezcla húmeda. Remueve hasta integrar.
Incorporar los calabacines:
Añade las rodajas de calabacín (o el calabacín rallado) a la masa y mezcla suavemente. Si deseas, agrega especias al gusto.
Montar el pastel:
Precalienta el horno a 180 °C (350 °F). Vierte la mezcla en un molde previamente engrasado. Reparte trozos de queso feta en la superficie de la masa.
Hornear:
Hornea durante 35-40 minutos o hasta que el pastel esté dorado y al insertar un palillo en el centro, este salga limpio.
Dejar enfriar:
Retira el pastel del horno y déjalo enfriar un poco antes de desmoldar. Sírvelo tibio o a temperatura ambiente.
Consejo:
Este pastel es ideal como aperitivo, acompañamiento o incluso como plato principal ligero. Puedes acompañarlo con una ensalada fresca o una salsa de yogur.