Mezclar los ingredientes líquidos:
En un bol grande, mezcla la leche condensada, la leche evaporada y la crema de leche. Usa una batidora eléctrica a velocidad media hasta que todos los ingredientes estén bien combinados y la mezcla esté ligeramente espesa.
Añadir el cacao y el azúcar:
Poco a poco, añade el cacao en polvo tamizado a la mezcla líquida, batiendo constantemente para asegurarte de que se incorpore bien y no queden grumos.
Añade el azúcar, el extracto de vainilla y la pizca de sal. Continúa batiendo hasta que la mezcla esté suave y todos los ingredientes estén bien integrados.
Verter la mezcla en el molde:
Vierte la mezcla de helado en un molde con tubo (tipo savarín o Bundt) previamente engrasado con un poco de aceite o mantequilla para facilitar el desmoldado.
Asegúrate de que la mezcla esté bien distribuida y alisa la superficie con una espátula.
Congelar:
Coloca el molde en el congelador y deja que el helado se congele durante al menos 4-6 horas, o hasta que esté completamente firme. Para obtener mejores resultados, es recomendable dejarlo congelar toda la noche.
Desmoldar:
Una vez que el helado esté completamente congelado, retira el molde del congelador.
Para desmoldar fácilmente, sumerge el fondo del molde en agua caliente durante unos segundos. Luego, invierte el molde sobre un plato de servir y sacude suavemente hasta que el helado se desprenda.
Si el helado no sale fácilmente, repite el proceso de sumergir el molde en agua caliente durante unos segundos más.
- Servir:
Corta en porciones y sirve inmediatamente. Puedes decorar con un poco de sirope de chocolate, virutas de chocolate o frutas frescas según tu gusto.
¡Disfruta de este delicioso y cremoso molde de helado de chocolate! Perfecto para refrescarte en un día caluroso o para impresionar a tus invitados con un postre casero espectacular.
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