Instrucciones:
1. Preparar la base:
Tritura las galletas en un procesador de alimentos o en una bolsa con un rodillo hasta obtener migas finas.
Mezcla las migas de galleta con la mantequilla derretida hasta que esté bien combinado.
Presiona la mezcla de galleta en el fondo de un molde desmontable (aproximadamente 23 cm de diámetro) para formar una base uniforme.
Refrigera mientras preparas las natillas.
2. Preparar las natillas:
En una cacerola grande, calienta la leche a fuego medio hasta que esté caliente pero no hirviendo.
En un bol grande, bate las yemas de huevo con el azúcar hasta que la mezcla esté suave y cremosa.
Disuelve la maicena en un poco de leche fría y agrégala a la mezcla de yemas de huevo.
Vierte lentamente la leche caliente en la mezcla de yemas de huevo, batiendo constantemente para evitar que se cocinen las yemas.
Regresa la mezcla a la cacerola y cocina a fuego medio-bajo, revolviendo constantemente, hasta que la mezcla espese y tenga la consistencia de natillas (unos 8-10 minutos).
Retira del fuego y añade el extracto de vainilla y la canela (si estás usando). Revuelve bien.
3. Montar el pastel:
Vierte las natillas calientes sobre la base de galleta en el molde.
Alisa la superficie con una espátula.
4. Enfriar y servir:
Deja enfriar el pastel a temperatura ambiente.
Una vez frío, refrigéralo durante al menos 4 horas o hasta que esté bien frío y las natillas estén firmes.
5. Decorar (opcional):
Antes de servir, espolvorea un poco de canela en polvo sobre la superficie del pastel.
Añade rodajas de fruta si lo deseas para un toque fresco.
¡Y ahí tienes un delicioso Pastel de Natillas a la Antigua que es perfecto para cualquier ocasión! Es un postre que combina lo mejor de las natillas con una base crujiente, creando un equilibrio perfecto entre lo cremoso y lo crujiente. ¡Disfrútalo!
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