Croissants de Queso Fundido: ¡Irresistibles y Súper Fáciles!

 

  1. Precalienta el horno a 180°C (350°F). Es importante que el horno esté caliente cuando pongas los croissants para que se cocinen de manera uniforme y obtengan un dorado perfecto.
  2. Prepara la masa de hojaldre. Si has comprado una lámina de hojaldre, simplemente colócala sobre una superficie plana ligeramente enharinada. Si has decidido hacerla en casa, asegúrate de que esté bien estirada con un grosor de aproximadamente 3 mm.
  3. Corta la masa en triángulos. Con un cuchillo afilado o un cortador de pizza, corta la masa en triángulos. Lo ideal es que los triángulos sean de unos 10-12 cm de largo, para que cuando los enrolles tengan la forma clásica de croissant.
  4. Añade el queso. Coloca un pequeño puñado de queso rallado o en tiras en la parte más ancha de cada triángulo de masa. No pongas demasiado para evitar que se derrame mientras se derrite en el horno, pero tampoco demasiado poco para que cada bocado tenga su toque de queso fundido. ¡Busca el equilibrio perfecto!
  5. Enrolla los croissants. Comienza desde la parte ancha de cada triángulo y enrolla hacia la punta. Asegúrate de que la punta quede bien pegada debajo del croissant para que no se desenrollen mientras se hornean. También puedes doblar ligeramente los extremos para darle la clásica forma curva de croissant.
  6. Pinta con huevo batido. Bate un huevo y, con la ayuda de una brocha de cocina, pinta la superficie de cada croissant. Esto les dará un brillo dorado hermoso cuando se horneen. Si lo deseas, espolvorea por encima algunas semillas de sésamo o amapola para darles un toque extra de sabor y textura.
  7. Hornea los croissants. Coloca los croissants en una bandeja de horno forrada con papel de hornear, dejando suficiente espacio entre ellos para que se expandan mientras se cocinan. Hornéalos durante 15-20 minutos o hasta que estén dorados y crujientes. El tiempo puede variar ligeramente según el horno, así que vigílalos a partir de los 15 minutos.
  8. Revisa el punto de cocción. Una vez que los croissants estén bien dorados, retíralos del horno y déjalos enfriar un par de minutos en la bandeja. El queso debería estar bien fundido en el interior, creando una deliciosa explosión de sabor en cada bocado.
  9. Sirve y disfruta. Estos croissants son mejores cuando se sirven calientes, para disfrutar al máximo del queso fundido. Puedes acompañarlos con una ensalada fresca o simplemente disfrutarlos solos como aperitivo o merienda.

Consejos adicionales:

  • Si quieres darle un toque extra, puedes añadirle un poco de jamón o pavo junto con el queso antes de enrollar los croissants.
  • Si prefieres un sabor más intenso, prueba usar queso azul o queso de cabra.
  • Estos croissants se pueden guardar en un recipiente hermético durante un par de días, pero te aseguro que se acabarán rápido.

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