Fermentación:
Formar una bola con la masa y colocarla en un bol ligeramente engrasado.
Cubrir con un paño húmedo y dejar reposar en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora o hasta que la masa haya duplicado su tamaño.
Formar los bollitos:
Una vez que la masa haya levado, desgasificarla presionando ligeramente.
Dividir la masa en porciones de aproximadamente 50-60 gramos cada una.
Formar cada porción en un pequeño rectángulo y enrollar para darle forma de bollito alargado, tal como se ve en la foto.
Colocar los bollitos en una bandeja para hornear ligeramente engrasada o con papel de hornear, dejando un poco de espacio entre ellos para que puedan crecer.
Segundo levado:
Cubrir los bollitos con un paño y dejar reposar nuevamente durante 30 minutos hasta que hayan aumentado de tamaño.
Hornear:
Precalentar el horno a 180°C.
Rociar ligeramente los bollitos con agua (esto ayuda a crear una corteza suave y dorada).
Hornear durante 15-20 minutos, o hasta que los bollitos estén dorados.
Servir:
Dejar enfriar un poco antes de servir. Puedes disfrutarlos tal cual o abrirlos y untarlos con mantequilla, mermelada, o incluso con queso.
¡Disfruta de estos deliciosos bollitos de leche caseros, ideales para cualquier momento del día!