Según LCI, otra técnica puede ser eficaz para determinar si el huevo todavía es comestible.
Para ello, se debe sumergir el huevo en una cacerola o ensaladera llena de agua. Si se hunde hasta el fondo del recipiente, todavía está en buen estado para su consumo.
Pero si permanece erecto, significa que hay que comérselo rápidamente. Si sube a la superficie, está caducado.
De hecho, cuanto más viejo es el huevo, más humedad se evapora a través de los poros microscópicos y más se forma la bolsa de aire. Por lo tanto, cuanto más viejo es el huevo, más flota.
Sin embargo, si quieres comer huevos inmediatamente, no repitas esta experiencia.
Esta inmersión puede provocar la pérdida de la cutícula de la cáscara, pero ésta protege al huevo de bacterias como la salmonela.
5. Utilice la técnica del espejismo
La ovoscopia es una técnica que permite evaluar la calidad del huevo o el desarrollo del polluelo en un huevo fertilizado.
Generalmente esta técnica se lleva a cabo en el entorno industrial utilizando equipos especializados que permiten clasificar los huevos de mesa antes de etiquetarlos y envasarlos.
Pero también puedes hacer el método en casa si lo deseas. Para ello, necesitas un lugar fresco y con poca luz.
Tenga a mano una fuente de luz, como una vela o una linterna pequeña. Sostenga la fuente de luz hacia el extremo del huevo, luego incline el huevo y gírelo de izquierda a derecha. El contenido del huevo debe ser visible.
Esta técnica permite ver si la burbuja de aire es pequeña o grande. A medida que el huevo envejece, el agua se evapora y es reemplazada por gases. Por lo tanto, cuanto más grande sea la burbuja de aire, más envejece el huevo.